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Mercurio en el pescado: guía para una alimentación segura

Mercurio en el pescado

El mercurio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en el medio ambiente, pero que también se libera por la actividad humana como la minería, la industria química, la quema de carbón y la incineración de residuos. Una vez liberado, el mercurio puede contaminar el aire, el suelo y, especialmente, el agua. En el agua, las bacterias lo transforman en metilmercurio, la forma más tóxica, que se acumula en la cadena alimentaria.

¿Cómo llega el mercurio a nuestra comida?

La principal vía de exposición para las personas es a través del consumo de pescado y marisco, que absorben este compuesto de su entorno. También puede encontrarse en pequeñas cantidades en otros alimentos si han sido cultivados en suelos contaminados o regados con aguas con mercurio.

La cantidad de mercurio en los peces está relacionada con su posición dentro de la cadena alimentaria, por tanto, los peces depredadores, de gran tamaño y más longevos, al alimentarse de peces más pequeños que también contienen mercurio, acumulan mayores concentraciones de mercurio.

¿Cuáles son los riesgos para la salud?

El metilmercurio es una potente neurotoxina. Su consumo en altas dosis o en niveles bajos pero constantes puede tener efectos graves en la salud, especialmente en el sistema nervioso. Los efectos más relevantes son:

  • Daño neurológico: temblores, trastornos del sueño, pérdida de memoria, dificultad para concentrarse y problemas de coordinación.
  • Afectación cardiovascular y renal: principalmente en los riñones, pero también puede afectar al hígado, al sistema inmunitario y a los sistemas reproductivo y de desarrollo. También puede producir alteraciones del ritmo cardiaco y un mayor riesgo de hipertensión.

Población más vulnerable: niños y embarazadas

La exposición al mercurio puede tener consecuencias graves para el feto de las mujeres embarazadas o las que planean estarlo, las que están en periodo de lactancia y los niños pequeños, causando en los niños:

  • Disminución del coeficiente intelectual.
  • Retrasos en el lenguaje y en la coordinación motora.
  • Problemas de atención y aprendizaje.

Por esta razón, se recomienda que eviten el consumo de pescados con alto contenido de mercurio.

¿Cómo reducir los riesgos?

A pesar de los riesgos del consumo de mercurio a través del pescado, existen muchos efectos beneficiosos en su consumo ya que aporta una fuente de proteínas de alto valor biológico, contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D, proporciona ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 y contiene muy pocos ácidos grasos saturados. Por todos estos beneficios se aconseja consumir pescado en todas las dietas saludables y, como no, en la dieta mediterránea.

La clave está en consumir pescado variado, pescados blancos y azules, con bajos niveles de mercurio para obtener todos los beneficios nutricionales sin exponerse a riesgos innecesarios.

Clasificación del pescado por contenido de mercurio

Especies de pescado con alto contenido en mercurio que se debe limitar su consumo:

Pescado azul: Pez espada (Emperador), Atún rojo, Tiburón (marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y Lucio.

Pescado blanco: Cazón.

Especies de pescado con bajo contenido en mercurio que se puede consumir regularmente:

Pescado azul: Anchoa (Boquerón), Arenque, Caballa, Carpa, Espadín, Jurel, Palometa, Salmón atlántico, Salmón del Pacífico, Sardina, Sardinela, Sardinopa y Trucha.

Pescado blanco: Abadejo, Bacalao, Bacaladilla, Carbonero (Fogonero), Dorada, Lenguado europeo, Limanda (Lenguadina), Lubina, Merlan, Merluza (Pescadilla o Pijota), Platija y Solla.

Marisco: Berberecho, Calamar, Camarón, Cangrejo, Cañadilla, Chipirón, Chirla (Almeja), Sepia (Choco o Jibia), Cigala, Coquina, Gamba, Langosta, Langostino, Mejillón, Navaja, Ostión, Pota, Pulpo y Quisquilla.

Especies de pescado con contenido medio en mercurio:

Las demás especies de pescado no mencionadas específicamente en los anteriores apartados tienen un contenido medio de mercurio.

Recomendaciones de consumo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras agencias de seguridad alimentaria como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la agencia española de seguridad alimentaria y nutrición (AESAN) recomiendan que, a pesar de los riesgos, los beneficios del consumo de pescado superan los posibles daños, siempre y cuando se sigan ciertas pautas:

La mayoría de los adultos deben consumir de 3 a 4 raciones de pescado a la semana. Es conveniente que el consumo sea de pescado variado, entre pescados blancos y azules, y que contengan una menor cantidad de mercurio. Se puede incluir pescados con un contenido medio o alto de mercurio, pero sin abusar.

La mujeres en periodo de lactancia, las mujeres embarazadas o las que planean estarlo y los niños (0-10 años) deben de evitar completamente el consumo de pescados con altos niveles de mercurio. Se recomienda que el consumo sea de pescado variado, entre pescados blancos y azules, y que contengan un bajo contenido de mercurio.

Los niños entre 10 y 14 años deben de limitar el consumo de pescados con un alto contenido de mercurio a un máximo de 120 gramos al mes. El resto de su consumo, entre 3 a 4 raciones de pescado a la semana, debe ser de pescado variado, entre pescados blancos y azules, y que contengan un bajo contenido de mercurio.

Conclusión

El mercurio es un contaminante medioambiental que puede encontrarse en nuestros alimentos, principalmente en los pescados. El mercurio que consumimos puede afectarnos en la salud, especialmente en el sistema nervioso. El consumo de pescado tiene muchos beneficios, por tanto, no se trata de dejar de consumir pescado sino de consumirlo de forma responsable y como parte de una alimentación equilibrada.

 


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